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Emprendimiento Gastronómico: No Es David Contra Goliat

Emprendimiento Gastronómico: No Es David Contra Goliat

«Los intelectuales resuelven problemas,

los genios los previenen».

J. R. Oppenheimer

Siendo uno de los negocios más lucrativos y necesarios para la sociedad, la mayoría de nosotros puede decir que alguna vez le ha pasado por la cabeza emprender en el mundo de la gastronomía…y si estás  leyendo este artículo, es que estás a punto de empezar o ya tienes algo en marcha.

No obstante,  debes entender que este esfuerzo no es tan sencillo como puede parecer a primera vista. Requiere inversión en tiempo y dinero, dedicación, trabajo duro y sobre todo la voluntad de servir a los demás para tener éxito. Si no tienes estas características no triunfarás, pero si te dedicas en cuerpo y alma a él recibirás no solo ganancias, sino también orgullo y una satisfacción personal que pocos emprendimientos ofrecen.

Una mente clara y enfocada

Es importante entonces estudiar bien el concepto de negocio que desees desarrollar. Y cuando nos referimos al concepto queremos decir que debes tener claro tanto el tipo de comida como el de servicio que desees brindar.

Después de desarrollarte en ambos, es muy difícil que el cliente se acostumbre al cambio. Un buen ejemplo de esto es la franquicia Pizza Hut, que se especializaron en el servicio rápido y en pizzas. En el 2009 intentaron cambiar su imagen a The Hut, con el objetivo de vender otros productos además de sus famosas pizzas. El intento fue todo un fracaso, por lo que debieron regresar el menú a su producto estrella.

Como simple curiosidad, la transnacional debió crear dos nuevas arcas para sortear esa dificultad: Pizza Hut Italian Bistro, especializado platos al estilo italiano, y Wingstreet, para las alitas de pollo y otros productos derivados de esa ave.

Una idea clara de la competencia

Y no sólo del producto que venden y el tipo de servicio, sino además del tipo de cliente que lo frecuenta: edades, preferencias, poder adquisitivo, sexo, la opinión que tienen los clientes del servicio, etc. También hay que conocer la relación producto-precio que ofertan, sus estrategias de marketing y sus fortalezas y debilidades.

Seamos sinceros: abrir una hamburguesería cerca de un McDonald no es exactamente la mejor idea del mundo. Las grandes corporaciones normalmente reciben grandes volúmenes de ingredientes y materias primas, por lo que pueden ofrecer productos a menores precios que los emprendimientos más cercanos.

También destinan mayores presupuestos a la promoción y el marketing, además de tener una larga historia y tradición de marca en la mente de los consumidores. Incluso si se nos ocurre una idea genial para este tipo de establecimiento, lo más seguro es que ellos la copien.

No se trata de arremeter como Don Quijote contra los molinos, porque estos sí que son verdaderos gigantes. Vale este ejemplo: los hermanos Richard y Maurice McDonald, fundadores originales de la empresa, acordaron vender al empresario Ray Kroc la franquicia de McDonald por 2,7 millones de dólares, pero conservaron el primer local para ellos.

Años más tarde, cuando Ray había convertido la franquicia en un gigante, exigió a los hermanos que cambiaran el nombre del local, pues él tenía el derecho de este. Luego, construyó en el mismo  pueblo un McDonald, asfixiando económicamente el negocio original.

Desleal, es cierto, pero si actúas con inteligencia frente a la competencia y no la desafías desde el inicio,  podrás llevar tu negocio hacia delante y crecer. En unos años, quien sabe, habrás acumulado suficiente capital y poder para vencerles.

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