¿Es Muy Dura La Vida De Un Chef?
Nuestra mente nunca deja de buscar.
Pero aun así nunca dejamos de ser
solo eso que somos, cocineros”.
Paco Pérez
Sin lugar a dudas, la vida de un chef es a los ojos de todos glamorosa y llena de reconocimiento. Son las prima donnas de un emprendimiento gastronómico: tienen los salarios más altos, se llevan las congratulaciones de los clientes, dan órdenes en sus cocinas como generales en una batalla, los dueños de los restaurantes se pelean primero por ellos y luego por conservarlos, escriben libros, gozan de gran prestigio…
Por ello, a veces les vemos con envidia y hasta les menospreciamos un poco, si somos los dueños del emprendimiento y ellos se las dan de caprichosos y con ínfulas de mandar más que tú. No obstante, la vida de un chef no es tan fácil como parece, y lejos de maltratarlos debemos de entenderlos, apreciarlos y lograr que sean no nuestros subordinados, sino nuestros compañeros y aliados.
Un trabajo que raya en la esclavitud
Considera lo siguiente: normalmente un restaurante abre para el almuerzo sobre las 11 de la mañana y cierra en la cena, alrededor de la medianoche.
Pero el chef (y la multitud de cocineros anónimos que están bajo sus órdenes) deben llegar mucho antes para seleccionar los ingredientes, preparar los platos base y acondicionar la cocina. Luego, se marchan mucho después de la hora del cierre, luego de guardar todo y dejar la cocina limpia para la siguiente jornada. Esas son casi 16 horas de labor incesante, durante las cuales se trabaja de pie y cargando pesos considerables.
A pesar de conocer al detalle lo necesario para comer de la manera más saludable, rica y adecuada, los chefs casi nunca pueden predicar con el ejemplo. Sus jornadas agitadas y llenas de contratiempos no les permiten nada más que picotear entre comidas al probar las preparaciones. Si comen, lo hacen de forma muy desequilibrada, rápida y en el horario que pueden: de hecho, los chefs comen cuando llegan a casa cualquier cosa sencilla, o prefieren ni tan siquiera comer.
Aun así, nada asegura que el chef tenga una buena vida. Cuanto más exitosos son, más sufren sus familias por las largas horas de trabajo y la presión a las que están sometidos.
Chef y cocinero no es lo mismo
Eso sí: llegar a ser un verdadero chef es muy, pero que muy difícil. Cualquiera puede cocinar y de hecho la mayor parte de las personas puede llegar a cocinar medianamente bien.
Pero ser un chef no es solo poseer talento: es una tarea ardua donde se debe llegar a dominar a la perfección todos los elementos de la cocina, las recetas del menú y, además de eso, tener el talento para crear. Hay que estar informado del trabajo de otros como él, poseer un sentido del gusto y el olfato superior, ser un líder muy competente y un observador tenaz para evaluar el desempeño de una gran tropa.
Y entonces viene lo que separa al chef del cocinero, porque es mentira que en la cocina todo está inventado. Con la gama casi infinita de ingredientes y las múltiples técnicas de preparación de los alimentos de los que se dispone hoy en día, incluso algunas tan novedosas que parecen sacadas de un libro de ciencia ficción como cocinar con nitrógeno líquido o bolsas de vacío, ¿quién dice que no es posible elaborar algo totalmente nuevo? Pero esto no es tarea de improvisación, sino de conocimientos y metodología.
Es el chef el que hace rentable o no a un restaurante con su trabajo, y eso definitivamente no es tarea sencilla.