Ferran Adrià: ¿Mejor o Diferente?

“La diferencia entre ordinario y
extraordinario es ese poco de más”.
Jimmy Johnson
Para nadie relacionado al mundo de la gastronomía es un secreto que Ferran Adrià Acosta es reconocido como el mejor cocinero del mundo, y además un sinónimo de innovación y excelencia. Además, es un gran emprendedor: su restaurante, El Bulli, en colaboración con Juli Soler y su hermano Albert Adrià, es el más famoso y multipremiado de la gastronomía.
Este local acumuló hasta su cierre al público en el 2011 Tres Estrellas en la Guía Michelin (1997-2011), 3 soles en la Guía Repsol, 9,75 en la Guía Gourmetour y 9,75 en la ‘Guía Lo Mejor de la Gastronomía’ de Rafael García Santos. Además, tiene 59 premios y distinciones.
Ferran Adrià, sus primeros pasos
Nacido en Hospitalet de Llobregat, Barcelona un 14 de mayo de 1962, realizó sus primeros estudios en Barcelona. A los 18 años abandona la escuela y se agencia de un trabajo como lavaplatos en el hotel Hotel Playafels de Castelldefels, donde comienza a introducirse en la cocina clásica.

En los años siguientes, 1981 y 1982, trabaja en varios restaurantes en Ibiza. Al regresar a Barcelona se emplea en el restaurante Finisterre, hasta que es llamado al Servicio Militar. Su habilidad y pasión por la comida hacen que se le destine a la cocina general, donde sigue instruyéndose y aprendiendo a cocinar en grandes volúmenes.
En 1983, y a sugerencia de un amigo, se emplea durante su permiso en El Bulli, un restaurante no demasiado conocido. Por su calidad como cocinero le contratan el año siguiente, en 1984.
El Bulli y Ferran Adrià
Ferran comienza a trabajar en El Bulli en marzo del 1984, y ya en agosto cuando el jefe de cocina Jean-Paul Vinay anuncia su partida, es ascendido junto a Christian Lutaud al puesto. Ambos jóvenes, ansiosos por superarse, realizan varios viajes dentro de España y a Francia para visitar otros restaurantes de alta cocina. En 1985 su hermano Albert Adrià entra a trabajar en El Bulli en la zona de repostería.
Ya en 1987 Ferran es el jefe de cocina en solitario. En uno de sus viajes se reúne con el chef francés y le pregunta que es la creatividad, a lo que el maestro responde «Creatividad es no copiar». Esta frase marcó un hito en la vida de Ferran y le impulso siempre a confiar en la innovación.
A partir de ese entonces comienza una carrera meteórica que le convirtió en el llamado “mejor cocinero del mundo”. Fue copropietario junto a Juli Soler de El Bully hasta su clausura en el 2011 para convertirse en El Bulli Foundation, que promueve la “Libertad para crear” como su lema, para mantener su legado a la gastronomía.

El mejor por ser diferente
El creador de sofisticados platillos como los Ninyoyakis de liebre, los Tacos de Oaxaca, los Sesos de gambas, la Espuma de humo, el Tuétano de caviar o el Shabu-shabu de piñones es en efecto el mejor cocinero del mundo, porque tuvo la sabiduría para percatarse que el camino al éxito consistía en diferenciarse de todos los grandes chef que le antecedieron.
Así usted, como emprendedor gastronómico, debe separarse de su competencia brindando una propuesta novedosa si desea tener éxito en su negocio.